RODRÍGUEZ Y SANZO: INCONFORMISMO POR ESTILO
Mi primera toma de contacto con Rodríguez y Sanzo fue hace aproximadamente 3 años. Sus vinos protagonizaban una de las mesas de escritores y periodistas de Aepev en la que yo cenaba- en la Gran Cena de la Comunicación. ¿Un tempranillo envejecido en barricas de Whisky 18 meses? ¿Un verdejo criado en bota de Jerez y bajo velo…en Rueda? ¿Un Orange wine en ánfora al estilo armenio? Rodríguez y Sanzo es así…
Extravagante, cuanto menos…Si no fuera porque van más allá de la palabra. Con sus resultados, convencen. Su falta de convencionalismo, o como ellos mismos definen, “su inconformismo”, es la mejor carta de presentación. Pero para ser inconformistas y hacer cosas buenas, no sirve cualquiera. La moda de ir de “inconformista” no vale, si no se prueba con resultados.
Y es que todo lo que he probado de esta bodega, me ha sorprendido si cabe en cada ocasión más. A Javier, ingeniero agrónomo y enólogo, y su esposa Maria no les ha bastado con elaborar sus propios vinos desde hace 20 años y hacerlos bien. Si no que tratan de superarse y retarse con cada uno de sus proyectos.
Rodríguez y Sanzo tienen una amplia gama de vinos que son de Ribera de Duero, Rueda y Toro fundamentalmente pero se permiten soñar y experimentar en su finca con interpretaciones de la tierra y la uva y de la forma de “criar” esos vinos.
EL ÚLTIMO DESCUBRIMIENTO: PALO NORTE
¿Quién dijo que sólo en Jerez podemos encontrar joyas en generosos y palo cortados? Hombre, fácil de encontrar no es. Pero si aceptamos ese inconformismo de Javier y María para aceptar que las cosas sólo se pueden hacer de una manera…entonces todo cuadra.
La verdejo es, posiblemente la uva blanca más estereotipada- por Rueda. Pero en manos de Javier, esta uva tiene sueños más ambiciosos. Resulta que en la casa ancestral familiar de Nava del Rey descubrieron que escondía un tesoro en sus profundidades: Una bota llena de vino centenario – verdejo. Esto hizo que Javier pensara en rescatar un vino y experimentar con su elaboración con mucha técnica y creando el lugar y condiciones aptas dentro de su finca. Hacer un vino único. Así se creó Palo Norte cuya primera añada es de 2020 e incluye una parte del vino centenario rescatado.
Fermentado en barricas nuevas de roble francés se pasó a botas jerezanas para la crianza biológica bajo velo durante 12 meses. Y a continuación crianza oxidativa de 2 años. He podido probar este vino directo de la bota, ¡un espectáculo!
ENOTURISMO AZUL
A una filosofía de vinos como la de Javier Rodríguez le pega una finca donde soñar y dar rienda suelta a la imaginación. Y sobre todo inspirar e inspirarse. No sólo para ellos y su “know-how”. Si no para los winelovers o visitantes que queramos disfrutar y sumergirnos en esta atmósfera.
Me encapriché del Lagar Azul nada más pisar tierra. Se trata de una nueva forma de vivir el vino. Más que una bodega, es una historia que aún no ha acabado. Y es que una finca que data del siglo XVIII tiene mucho que contar pero también se transforma. Con una viticultura regenerativa, hay más vida donde hay vida.
Tres años de proyecto han hecho brillar una finca que hace soñar y amar más aún el vino. Inmersa en la naturaleza todo parece estar conectado y en armonía:
– La antigua casa de labor se ha convertido en una estancia boutique con cinco habitaciones únicas que son homenaje al vino y la viticultura. Un relajado ambiente que invita a la slowlife y disfrute con una copa de vino. A contemplar la vida. Admiro su cuidado interiorismo con guiños y detalles para sentir la viticultura presente.
– Las antiguas naves de maquinaria son las bodegas*. Una con el espíritu de los vinos de crianza biológica del siglo XVIII, una apuesta que podría parecer arriesgada pero que demuestra que con esfuerzo y conocimiento, todo es posible. La otra bodega de tinajas, nos acerca a la tradición ancestral.
– El antiguo almacén de grano es la tienda y sala de catas. Un pequeño edificio luminoso y acogedor donde probar vinos, compartir charlas y opiniones rodeado del paisaje y relieve de Rueda de como telón de fondo.
– El jardín de la finca tiene estanques con peces, incluso hay ocas por los senderos. Y se espera para la próxima primavera disponer de una terraza donde disfrutar de música y eventos de la temporada.
SÍMBOLOS FUERA DE LO CONVENCIONAL
*En el Lagar azul elaboran algunos de sus vinos más singulares: Palo norte, Bajo Velo y vinos de Tinaja. El resto de vinos lo hacen en su bodega de Toro (Whisba, Amaya…).
El azul es el hilo conductor de la finca junto con el blanco en las fachadas. Un juego de color que resalta la tonalidad del cielo abierto y hace que el tiempo luzca más bonito en la estampa de la finca.
Su honestidad hacia el terroir busca reflejar su esencia en cada botella. Y bien lo saben también fuera de nuestro país, pues las bodegas Rodríguez y Sanzo exportan a cinco continentes, son vinos muy aclamados.
A Rodríguez & Sanzo les define muy bien su símbolo familiar. Un dragón portando una copa con la flor de lis. Un animal mitológico que escupe fuego y tiene poderío real. Y es que sus vinos tienen un fuerte carácter que no dejan indiferente y que reinan paladares,…tienen la osadía de quien sabe que domina. Igual que un rey no puede pasar desapercibido, estos vinos tampoco pueden hacerse los modestos.
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