Voy a trasladarlos a un rincón de donde muchas veces huimos, aunque es fundamental que lo enfrentemos como valientes: nuestra vulnerabilidad. Más que vulnerables somos susceptibles a que determinadas circunstancias, personas o miedos internos nos roben nuestro “estado de paz interior”. Desde ahí podemos reaccionar con nuestras emociones más instintivas, nos animalizamos, es decir nos tornamos como un animal herido o hambriento luchando por su supervivencia, sin pensar. La sensibilidad o la hipersensibilidad provocan la reactividad emocional.
1. LLÁMAME SENSIBLE
Muchas personas esconden su sensibilidad creyendo que lo que están haciendo es no mostrar su vulnerabilidad. Son conceptos diferentes y cabe aquí aclararlos.
Ser sensible es sentir las emociones generadas por nuestros pensamientos. Por ejemplo, si recuerdo algún momento de tristeza del pasado, revivo esta misma emoción de tristeza en el presente, soy sensible a esta emoción. Como de alegría u otra cualquiera.
2. ¿EN QUE CONSISTE LA VULNERABILIDAD?
La vulnerabilidad se centra en el riesgo que puede sufrir una persona frente a un peligro inminente. Y se expande a otras circunstancias como fenómenos naturales, condiciones económicas y sociales. La palabra “vulnerabilidad” se deriva del latín “vulnerabilis”. Compuesta por el prefijo “vulnus” o “herida”, y el sufijo “abilis”, que significa posibilidad. Nos posicionamos como una presa en el punto de mira de un cazador, e instintivamente huimos.

Como seres emocionales, nuestra vulnerabilidad está en el poder que concedemos a una circunstancia externa. Cuando nuestras emociones nos secuestran, no podemos hacer uso de nuestro sentido de resiliencia, o sea, de la capacidad de superar las adversidades y encontrar un nuevo estado de ánimo.
Cuando todo nos sobrepasa, nos sentimos amenazados y sin esperanza. Nos sentimos vulnerables (véase el artículo en el que hablamos después del Estado de Alarma)
Un buen ejemplo puede ser una mujer embarazada que “está vulnerable”, porque su estado físico requiere cuidados físicos concretos. Puede de la misma forma “sentirse vulnerable”, sentir esa vulnerabilidad frente a todos los cambios físicos emocionales que tiene que experimentar en el proceso de gestación, su sensibilidad reconoce la alteración temporal de sus emociones.
3. APRENDE A LEER TUS EMOCIONES
Abre tu dolor como quien abre un libro y lee tus emociones desde la autocompasión. Sé amable contigo mismo, acéptalo sin juicio, porque el dolor es una condición humana. No eres menos o más por sentir miedo, dolor o angustia. Tu sensibilidad te enseña a empatizar contigo y con los demás.
Estas emociones son positivas porque despiertan tu instinto de supervivencia, de luchar por tu vida desde un punto de valentía y empoderamiento. Y no de sentirte “arrestado” por ellas. Eres tu quién entras o sales de tu estado de vulnerabilidad, según gestiones tus emociones. Tu tienes la llave.

4. RECUPERAR LA BELLEZA DE NUESTRO SER
Tener una visión contemplativa de la vida, tener apreciación por los momentos vividos, crear la “magia” de dejarse llevar por nuestra sensibilidad. ¿Cómo podemos ver la magnitud de todos los momentos de forma positiva y con propósito? A través de la coherencia de nuestros pensamientos, emociones y acciones: Lo que pienso es lo que siento y es lo que hago. Debemos permitirnos vivir la paradoja de ser valientes para ser vulnerables, y que tan poéticamente, nos recuerda Izara Batres en uno de los magníficos poemas de su libro “Sin Red”:
VALIENTE
“No es valiente quien ataca desde la armadura,
el ratón que se aloja en su capa de cieno,
el pícaro que calcula el talón y la caída,
el jugador de cartas, el malabarista.
Es valiente quien conoce la hiel y el rigor de la caída, y no deja de abrirse el pecho, porque sabe que la hiedra muerta ahoga el numen de un desnudo sin red.
Eres valiente porque elegiste el vértigo.
Valiente porque estás vivo, porque eres tú delante de todos y del todo…”
Izara Batres
Así empezamos 2022, con nuestro “Yo Valiente” en un mundo que nos hace sentirnos vulnerables, lo que nos reta a transformarnos en ¡nuestra mejor versión!
Consultora & Executive Coach, Trainer, Speaker
¡Buena reflexión, Marta!
Efectivamente, ¡qué importante es abrazar nuestra vulnerabilidad! Porque dejarnos sentir nos permite tener más capacidad de reacción que si actuamos con filtros. Y ser más auténticos.
Estoy de acuerdo con Izara en que el que ya ha experimentado el dolor de la caída y conoce los riesgos y aún así se vuelve a lanzar, es realmente más VALIENTE que la persona que prueba algo por primera vez.
¡A por un gran año, valientes! 💪🏼✨
Si Charo, ser auténticos nos libera para vivir con más plenitud!!
¡Muchas gracias por tu aportación tan valiosa!
Muy buena acepción de VALIENTE.
Qué diferente serían las relaciones humanas, y en consecuencia el mundo, si lo pusiéramos en práctica.
Me ha encantado tu artículo.
Maria, creo que se esta desarrollando una generación más conciente, y como todo es un proceso, tenemos un camino a recorrer para dejar este legado al mundo!!
¡Agradezco que participes en esta reflexión!
Precioso artículo y muy necesario,
A veces me da la sensación de vivir en una sociedad en la que sólo importa aparentar, aparentar especialmente ser «fuerte», y creo que esa fuerza se confunde con dureza, con ser»perfevtos». Considero muy importante reivindicar la propia sensibilidad, sentirnos y compartirnos, ser valientes de verdad.
Muchas gracias por este artículo
Eso que comentas Paloma me hace pensar en la gran cantidad de paradigmas (conjunto de creencias) , que la sociedad nos inculca y vivimos bajo ellos, sin muchas veces, darnos cuenta de nuestra misma esencia y deseos. Asi que vamos a reinvidicar nuestro «ser uno mismo» como valientes!!
Gracias por ayudarnos a reflexionar aún más!!
Gracias por este artículo tan interesante me ayuda a comprender más el alma y corazón e ilumina el camino de la vida sensible y de la valentía de las personas .