
En un año tan inusual en el que hemos estado meses sin salir de casa, con restricciones de movilidad interprovincial, no dudé en cuanto pude de pensar en destinos cercanos donde escapar. Se levantó la veda en junio y los españolitos no dudamos entonces en poner “pies en polvorosa” y salir de nuestros perímetros de “seguridad”. En estos días andamos con nuevas restricciones, pero pensando en los próximos viajes, durante el estado de alarma. El destino elegido por mí fue Segovia, cercano a Madrid y no escaso de bonitos parajes por no hablar de su rica gastronomía. Por si no lo sabes te lo cuento…Qué hacer en Segovia.
La provincia de Segovia es un destino muy digno para no dejar de visitar en cualquier momento del año, por su proximidad, perfecto para pasar el día, un fin de semana o unos días de asueto. Ideal para desconectar del ruido de Madrid, esquivando a los vecinos camuflados en sus mascarillas, acostumbrándonos a la “nueva normalidad” . Y es que, a pesar de la que está cayendo, la vida sigue y hemos de aprender a vivir en pandemia porque desconocemos lo que puede durar. Es por ello que me he animado a escribiros para recomendaros un destino tan bonito como cercano, al menos para los madrileños: la provincia de Segovia.
ALREDEDORES: CANTALEJO, PUEBLO BRIQUERO.
Como os decía meses atrás decidimos tomarnos unos días de relax, entre bellos pinares y haciendo excursiones por toda la provincia, conociendo sus pueblos de piedra, su entorno natural, la belleza de su capital… Para ello elegimos una casa rural por el portal Ventederural, en la localidad de Cantalejo, pueblo “briquero” por excelencia. El entorno de Cantalejo, en el límite de la Tierra de Pinares segoviana, ofreció en su momento a sus habitantes la materia prima para dedicarse a la carpintería, como medio de vida. Los carpinteros eligieron entonces, la fabricación de trillos, altamente demandados en toda España, convirtiéndose así los carpinteros en arrieros, propiciando la venta de los trillos por doquier.
Al hilo de todo ello, he de reflejar la noble jerga creada por los habitantes de esta localidad, la Gacería , lengua que desarrollaron ante el auge de esta industria maderera, los trillos y aperos artesanales a los que se dedicaban en cuerpo y alma, tanto hombres como mujeres en este

pueblo segoviano. Era la forma de comunicarse entre ellos, sin que ninguna persona ajena a
Cantalejo pudiese entenderlos. A día de hoy este jerga ha perdido importancia pues apenas se utiliza, aunque todos conocen el eslógan: ”Cantalejo, Vilorio Sierte”. Tras este inciso histórico que no podía dejar de mencionar y del que bien se informa en el Museo del Trillo de Cantalejo, como visita cultural no podéis perdéroslo.
Nuestra única rutina era matinal, despertarnos escuchando los pajaritos, un buen desayuno y una ruta diaria entre los pinos, a partir de la cual, el día se presentaba presto ante nosotros…
TURISMO EN ENTORNO NATURAL
Empezamos a movernos por la propia localidad, así comenzamos con una excursión por las Lagunas de Cantalejo, extensos humedales rodeados por dunas fósiles, que se inundan intermitentemente según la pluviometría del año, y que están protegidas por la riqueza de su fauna y flora, en un hábitat especial… Como abril “aguas mil” había hecho honor a su refrán, y la primavera ha sido eso, por primera vez en mucho tiempo.

Las lagunas en aquella altura están preciosas, llenas de agua cual espejo reflejaba un cielo limpio de polución y con un fondo verde de pinos, completando el paisaje. Ya de regreso, visitamos la ermita de Nuestra Señora del Pinar, románica en su origen a pesar de las diversas restauraciones que ha precisado con el paso de los años. Para concluir nuestra excursión visitamos la Iglesia de San Andrés, que se levantó sobre un antiguo templo románico en la que destaca la cruz procesional realizada a finales del siglo XV y el retablo neoclásico con la escultura del santo a quien hace honor la iglesia.
Las Hoces del Río Duratón
Ante nuestras ganas por salir al campo y aprovechar a respirar aire puro, al día siguiente decidimos calzarnos las botas de montaña, preparar unos bocadillos e irnos al Río Barrio, a escasos km. de Cantalejo y camino a las Hoces del río Duratón. Maravillosa idea, ¡qué bonito paraje!, el río discurre por un cañón de rocas a ambos lados y surcado de chopos toda la vereda…aguas cristalinas que confluyen kms delante con las Hoces del Duratón (uno de los grandes páramos en España). Paseando hay un acceso a las cuevas laterales y en las altas rocas veréis que anidan muchas aves en peligro de extinción. ¡Qué rico sabe el bocadillo entre tanto verdor! Y con la música del agua corriendo.

Tras un cafetito en el kiosco que se sitúa a la llegada, junto al estacionamiento de vehículos, nuestro recorrido acabó con un atardecer en el Parque Natural Hoces del río Duratón. ¡Tenéis que verlo! Las vistas durante el paseo -apto para todos los públicos- son dignas de elogio pero alcanzan su momento tras el complejo de la Ermita de San Frutos, restos de un antiguo complejo monástico.
Por cierto, dice la tradición y os aseguro que lo corroboro, que si le pides un deseo al Santo y pasas tres veces bajo su altar, (no apto para claustrofóbicos), “el deseo te será concedido”… A día de hoy os puedo decir, que le estoy muy agradecida a San Frutos.
Para los más aventureros, deciros que también podéis hacer las Hoces en canoa, que es otra experiencia súper divertida, recomendable cien por cien, sobre todo con amigos… Las reservas se pueden hacer a través de la web y son muchas las empresas que desde algún lado del río, ofrecen los paseos. Es una experiencia chulísima que gusta a niños y a no tan niños. Lo pasamos estupendamente, aunque al día siguiente ¡hubo agujetas!
QUÉ VER EN SEGOVIA CAPITAL
Para hacer más amena la estancia en esta tierra segoviana, decidimos también alternar el ocio al aire libre con el ocio cultural, visitando la capital. No pudimos escoger mejor momento para perdernos por sus estrechas calles medievales, cuyo legado histórico te traslada a diferentes momentos de nuestra historia, desde los romanos, pasando por los visigodos hasta los cristianos. Apenas había turismo, dada la situación de aislamiento que había provocado la pandemia.
Así pudimos visitar tranquila y sosegadamente su Alcázar, un castillo medieval de los más visitados en el mundo, que data del siglo XII. Se levanta majestuoso sobre el valle del rio Eresma y es símbolo de la ciudad vieja declarado Patrimonio de la Unesco desde 1985. Su visita te traslada a un momento histórico de esplendor medieval siendo palacio y fortaleza de los Reyes de Castilla. Hay quien dice, enamorado de su belleza, que fue inspiración del actual palacio de fantasía de Eurodisney… Tras esta visita, nos acercamos a la Dama de las Catedrales conocida así por sus dimensiones y elegancia. Construida entre los siglos XVI y XVIII, gótica con rasgos renacentistas. Que gozada poderla disfrutar para nosotros solos, sin agobios, sin prisas… y sin turismo, claro.

Después de tanta visita, qué mejor que comer un buen cordero en un mesón de la plaza de la catedral para reponer fuerzas. Y después tomar un helado después en una terraza junto a los arcos del espectacular Acueducto romano.
NATURALEZA Y PUEBLOS DE LA PROVINCIA
Otra bonita excursión fue desplazarnos al Chorro de Navafría, perteneciente a la localidad segoviana que le da nombre, donde emerge una bonita cascada de 20 m de altura, en un bosque de pino silvestre. El entorno se completa con un conjunto de piscinas naturales y merendero con barbacoas donde pasar un día de ocio y relax. Y ya de vuelta, visitamos el Castillo de Turégano, declarado Bien de interés cultural en un promontorio de dicha villa, que data de tiempos celtíberos y la Iglesia de San Miguel, románica. Antes de volver a casa, visitamos a unos amigos alojados en el complejo rural “A Toca” en esta villa de Turégano, nos encantó por su entorno, buen gusto y todo tipo de comodidades, goza además de una cafetería restaurante, donde se combina la cocina castellana con la portuguesa y el trato es inmejorable, muy recomendable.

No puedo culminar mi testimonio sobre Segovia sin recomendar visitar la localidad de Pedraza, ciudad medieval. Declarada Conjunto Monumental, te recibe la muralla con su Arco de la villa para pasear por su Plaza Mayor o visitar su Castillo. Y Sepúlveda, ambas localidades reconocidas de entre los pueblos más bellos de España, y donde degustar el mejor cordero que he probado. Y es que, yo soy más de cordero que de cochinillo…Aunque al parecer, son los dos manjares más exquisitos que mejor preparan en esta digna provincia y de la que volveremos sin duda a hablar.
Como habréis leído, todo son ventajas en esta cercana y bonita tierra, ¡no tenéis excusa para no visitarla!
Olga
Style4life