Dormir mirando a las estrellas… ¿a quién no le gusta la idea?. A veces lo hemos hecho, desde la cama mirar hacia la ventana, aunque la visión no es tan completa ni tan cómoda. El entorno y el diseño ayudan. Poder dormir con el techo abierto a las estrellas, y estar rodeado de viñedos, ¡es un sueño para muchas personas! Este detalle y muchos más son parte de la experiencia de enoturismo vivida en L’and Vineyards, tierra de vino en el Alentejo.
Situación

En un año de limitaciones por la Covid-19 hemos seguido viajando pero por la península ibérica – que no tiene nada que envidiar a los lejanos destinos.
El Alentejo es una región portuguesa, con casi 800.000 habitantes, 3 distritos (Évora, Portalegre y Beja) y una amplia biodiversidad.
Su costa es formidable, y su interior es tierra de grandes vinos portugueses. El enoturismo lleva en alza muchos años, y nos encanta hablar de viajes donde nuestros sentidos disfruten plenamente.
Hace aproximadamente un año vivíamos la experiencia en una gran finca de vinos de pago. Y ahora en una zona distinta con otro estilo arquitectónico, hemos buscado la experiencia en Montemor Novo- a 30 km de Évora- con el vino del Alentejo, antes de que acabara el verano.

El complejo se divide en villas que están integradas en el paisaje estratégicamente, de manera que cada cliente encuentre su intimidad, paz y atmósfera de naturaleza.
Interiorismo
Casas blancas, uso de maderas naturales, vegetación en cada unidad y un estilo minimalista donde el protagonismo se lo llevan la naturaleza. El diseño de interiores es de Márcio Kogan (Estudio mk27). Hay villas de distinto tamaño, de dos personas, o familiares.
Al entrar a la villa sientes la cálida bienvenida, pues en la entrada hay una chimenea de exterior donde poder quedarte para contemplar los viñedos y las estrellas, y una botella de vino de sus bodegas personalizada con el nombre del cliente. ¡Sublime!
El blanco patio interior es la gran sorpresa. Con aire mediterráneo, el patio está concebido como el elemento unificador de la estancia. Desde el salón se accede a él, y también desde el cuarto de baño. Tiene una bañera a suelo raso rodeada de plantas de ambiente y abierto al cielo.
El dormitorio continúa la línea unificadora, y se abre al cielo. Sobre la cama hay un techo deslizante para poder contemplar las estrellas especialmente de noche. De igual modo, frente a la cama hay un ventanal desde el que observar el viñedo adjunto a la villa, que por su situación y arquitectura de las villas, garantiza la intimidad de cada una.
El baño es un gran espacio zen en madera y pizarra negra, con una bañera de interior, y una amplia ducha. Para mantener la línea conductora vinícola, las amenities son de vinoterapia de la marca Caudalie.
Instalaciones y servicios
Desde cada villa sale un sendero para llegar hasta la piscina. De azulejo azul oscuro, la piscina imita el color del gran lago artificial contiguo, que ayuda a mantener el microclima de los viñedos. En el edificio central de recepción se encuentra el spa , el lounge, y el restaurante a cargo del chef Nuno Amaral con acceso a la terraza.
La cocina de Nuno usa sólo los productos de la zona reafirmando un estilo propio que realza la gastronomía portuguesa. Junto al restaurante, se puede observar una de las salas de la bodega donde hacen los vinos L’AND.
Cada villa tiene su propio viñedo. Además del turismo sus villas pueden comprarse y el cliente podrá producir su vino de manera totalmente personalizada, con el soporte del equipo de la bodega. ¿Quién se anima a hacer su propio vino? Más detalles aquí.
STYLE 4 LIFE
Ne pense que era tal y como acabo de leer aquí, gracias
por el aporte admin salu2